Cartas a un estudiante de Derecho

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En la carta “Interpretar y argumentar” indica que la capacidad más importante para un abogado es saber interpretar normas y luego, construir argumentos para resolver casos concretos porque el buen abogado se diferencia del abogado mediocre por su capacidad de interpretar y elaborar el argumento preciso para convencer.

Miguel Carbonell, abogado y profesor de Derecho Constitucional publicó en 2016 su libro dedicado a los estudiantes de derecho, cuyo real destinatario es cualquier abogado que se preocupe por ser mejor cada día. Contiene 16 cartas con recomendaciones plausibles y eficaces, por ejemplo, en la carta “Memorizar” recuerda que aprenderse conceptos de memoria no es malo, todo lo contrario, es una ventaja porque los abogados trabajamos bajo presión, por lo que “saber de memoria dónde se puede encontrar lo que es relevante ayuda mucho y hace más eficiente el trabajo”. En la carta “Interpretar y argumentar” indica que la capacidad más importante para un abogado es saber interpretar normas y luego, construir argumentos para resolver casos concretos porque el buen abogado se diferencia del abogado mediocre por su capacidad de interpretar y elaborar el argumento preciso para convencer.

En la carta “El derecho como humanismo”, se considera que el jurista debe tener conocimientos legales con vocación humanista, conocer el mundo que nos rodea y sobretodo la buena literatura será beneficiosa en la formación humanista, desde Aristóteles, pasando por Faulkner y llegando a García Márquez, Vargas Llosa o Borges; cada texto leído te servirá “no solamente para ampliar tu imaginación sino que a la vez te permitirá entender mejor los mecanismo y resortes que están detrás de las normas jurídicas”.  En la carta “¿Qué es la justicia?”, se analiza la dificultad al momento de identificar lo que es justo o no, pues resolver conflictos es una actividad diaria en la vida del jurista que tiene relevancia social; el papel ante una controversia es determinante en el devenir del mundo; razón por la cual, luego de estudiar las posturas de Rawls, Kant, Stuart Mill, se invita a “ver la injusticia, de detectarla a tiempo, y si sabemos construir remedios para prevenirla o para sancionarla, estaremos contribuyendo decisivamente a construir un mundo mejor”.

Todas las cartas contienen consejos prácticos con base en la experiencia del Profesor Carbonell como docente e investigador, los cuales se convierten en fuente de consulta para estudiantes de derecho, quienes nunca deben parar de aprender. Por ende, cimentar hábitos de estudio y trabajo que permitan aprovechar el poco tiempo que tenemos a veces, es una tarea que se encuentra pendiente para muchos; desde la formación en las escuelas de Derecho hasta el ejercicio profesional. En Colombia, la mayoría de estudiantes están matriculados en pregrados que sólo tienen registro calificado, de casi 138.000 estudiantes, más de 98.300 (71,3%) estudian en los programas con registro calificado (154 programas) y unos 39.600 (28,7%) en los de alta calidad (38 programas), es decir, encontrar un buen abogado es la excepción. Los abogados pueden desempeñarse en diversos ámbitos, por ese impacto en el desarrollo de la sociedad, el pregrado de Derecho debe convertirse en el primer filtro para garantizar una formación integral que será pieza clave en el funcionamiento de la sociedad. Sin embargo, la tendencia es aumentar la cantidad de abogados pues graduarse es muy fácil, y disminuir la calidad de la educación porque el Estado no hace controles.

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