Cultura
Mi abuela Beatriz, presa de la enfermedad de Alzheimer, quien frisaba ya 88 años, había perdido tras seis años de padecimientos, no solo su elocuencia habitual, sino que yacía postrada en una cama.
Mi abuela Beatriz, presa de la enfermedad de Alzheimer, quien frisaba ya 88 años, había perdido tras seis años de padecimientos, no solo su elocuencia habitual, sino que yacía postrada en una cama.