¿Legalizamos el narcotráfico?

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Mientras en otras latitudes veneran al científico, deportista, profesor, filántropo o a quien exponga algún estímulo al desarrollo de la humanidad, contrario sensu la nuestra, venera al rufián, al poderoso, al “patrón”.

Néstor Pérez Gasca. Me asombra la doble moral de la mayoría de compatriotas que por una orilla despotrican de todo lo que huela a narcotráfico, pero en el fondo los desvela poder vivir una “narco vida”, es decir de dientes para fuera la mayoría rechaza que los relacionen con esta diatriba pero en el fondo muchos quieren tener una vida ostentosa con lujos y mujeres “engalladas”, de ahí que se haya materializado  a la mujer en el sentido de homogenizar la belleza (nariz, nalgas y “tetas”) como si la belleza femenina fuera solo meter una mujer en un molde y reproducirla a gran escala; por otra parte esa necesidad de aparentar lo que no somos, ni tenemos, es el resultado del deseo insaciable de la codicia. Mientras en otras latitudes veneran al científico, deportista, profesor, filántropo o a quien exponga algún estímulo al desarrollo de la humanidad, contrario sensu la nuestra, venera al rufián, al poderoso, al “patrón”.

Lo anterior podría obedecer a esa costumbre servil que se vino arraigando en nuestra conducta durante las épocas de esclavitud y saqueo, aunque el combustible para que nadie ni nada cambie, ha sido mantener a la mayoría de nuestro pueblo sumergido en el engaño y la ignorancia, deberían naturalizar y legalizar el narcotráfico, así de una vez por todas nos quitamos lo problemas reales que nacen del todo lo que  es prohibido, tal como: los mafiosos, las muertes, la guerra, glifosato, los problemas de salud y las cárceles atiborradas de “mulas” (la mayoría de estratos muy bajos), incluso se resarciría la deuda histórica que tiene Colombia con sus ciudadanos, pues de nada sirve mantener esa economía ilegal y paralela si solo se benefician unos pocos, mientras que otros ponen sus vidas. Acá en nuestro narco-Estado Colombia llegamos al “Top” pues existe una tarifa para tamizar los narcos (malos de los buenos) convirtiendo estos último en “empresarios” y  “patrocinadores” dependiendo el grado de simpatía y apoyo, así mismo será catalogado.  Y no vayan a pensar como un amigo, acérrimo Uribista y camandulero,  quien me manifestó: ¡Ahora! no se puede ni salir con narcos, ni tomarse una foto con narcos, ni bailar con narcos, ni andar en el helicóptero de narcos, ni recibir colaboración de un narco, porque entonces ya salen a decir que uno es un narco.

Por último, el presidente Duque manifestó recientemente que “se podía meter al fuego porque no tenía rabo de paja”, debería entender que cuando la paja esta permeada (mojada) no se quema.

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