¿Qué relación hay entre los huilenses y el río (Magdalena y La Ceibas)?

Huila
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Hay una íntima relación entre el agua y los neivanos. Veamos cuáles son las conexiones históricas.

La relación de los huilenses, y en especial de los neivanos, con el río se dio desde mucho antes de la fundación oficial del Departamento y de su capital. Antes de este inicio oficial del Huila, en 1905, sus habitantes utilizaban el río como único medio de comunicación: por allí entraban las novedades a través de unas grandes embarcaciones llamados ‘champanes’.

Por medio de este transporte fluvial la región ‘opita’ tuvo contacto con el mundo. Tanto las noticias, como la alimentación entraron por el río.

Por allí también, mucho antes que el café fuera el principal producto de la economía regional, se transportó quina. Por este lugar, también ingresó la radio y los periódicos que advirtieron de los avances en el viejo continente. Hoy como vestigio de esa época queda el puerto El Caracolí-en Neiva-, lugar donde atracaban todos los champanes hasta la segunda década del siglo pasado, lugar que se constituía en el último destino en el Alto Magdalena, donde llegaban estos artefactos.

Historiadores como Martínez y Martínez nos recuerdan, con base en las publicaciones de la época, que la relación con el río era muy fuerte, sobre todo en la segunda mitad del siglo XIX. “El importante movimiento mercantil” hacía del río Magdalena el protagonista:

Champanes

“…Transitaban, aproximadamente, 2.400 cargas anuales de cacao, y por la banda occidental del río transitaban un poco más de esta cifra, para un volumen de 5.000 cargas anuales. Igualmente bajaban por el río y por tierra 8.000 carga de quina y 60.000 cueros, entre otros productos…” (Martínez y Martínez. 1996. pp.62).

Pero el sueño de traer el vapor a Neiva se evaporó por las condiciones de poca profundidad del río en el Alto Magdalena. Hasta Honda llegaban sin problema los vapores. Sin embargo, el Gobierno Nacional emprendió infructuosamente el proyecto para hacerlo navegable: invirtió 15.000 pesos que sirvieron para el pago de 100 cajas de dinamita que no solucionaron el problema. Sin embargo, de los registros que se tienen de vapores que pudieron llegar a la capital opita están el ‘Tolima’ y el ‘Emilia Durán’.

 El río también sirvió de autopista del primer avión, cuando aún el departamento no había dado un salto al desarrollo con el “carro” o el tren. Así las cosas, en 1920, la empresa colombo-alemana Scadta, acuatiza en octubre por primera vez en el Magdalena. Una llegada milagrosa que ameritó reconocimientos hasta para los pilotos por parte del Concejo de la ciudad. (Osorio.1996. pp.253)

Champanes1

De lo anterior fue testigo el río, que bordea a Neiva junto con el río Las Ceibas que le provee el agua a toda la ciudadanía; el río del Oro y la quebrada La Toma que pasa por la mitad de la ciudad. De modo que es más que redundante hablar de río-ciudad, como también sería injusto desconocer esta relación.

JoseMariaRojasJosé María Rojas Garrido, fue el primer mandatario del Huila-elegido popularmente-, en lo que entonces era la Provincia de Neiva. Uno de sus iniciativas comunicacionales fue la creación de un periódico, que entre otras cosas hacía un homenaje al río “El Alto Magdalena”. En él, en la edición del 19 de enero de 1856 en el número 19, se hace una descripción de la temperatura de la ciudad, en relación con este aspecto hace una reseña de la relación, en cuanto al baño, muy frecuente entre sus habitantes en el río Las Ceibas, Magdalena y de Oro (Salas.2012. pp.103).

A decir verdad, la relación del río o los ríos con la ciudad es constante. El líder político, rebelde intelectual Reinaldo Matiz, en los años veinte organizó una protesta con las bogas, precisamente la primera protesta sindical en el puerto El Caracolí. El mismo que creo el acueducto para los neivanos e hizo que hubiera una ducha pública. Es decir, fue el que ‘civilizó’ con el agua a los habitantes de esta ciudad.

El más destacado escritor del Huila, José Eustasio Rivera, en un memorable poema “Soy un grávido río” hace alusión a este afluente. El compositor Luis Alberto Osorio, al crear al himno al Huila, no desconoció la importancia del río, en el tema se lee: “en mi tierra para bien /Cruza un río sin igual/ Que da la vida entera/ Al labrador, /A su maizal, / Al platanal”.

Desde entonces han pasado 80 años y el río Magdalena, sobre todo, sigue inspirando. Hace tan solo cuatro años nació un superhéroe opita ‘Súper H’, defensor del río Magdalena, quien en un acto de defensa lo navegó desde su nacimiento hasta su desembocadura.

En este sentido, desde la órbita política, en las elecciones pasadas en el Huila, lo que terminó definiendo la gobernación fue el río: la afectación causada con la construcción de la represa El Quimbo fue el centro del debate. Finalmente, el actual Gobernador venció por deslegitimar a sus oponentes afirmando que ellos fueron promotores de El Quimbo y el desmedro del río. Al igual que hace cuatro años, el agua sigue definiendo el ganador en las elecciones.

rioMagdalena1

Referencias

OLAYA, Alfredo, Sánchez Ramírez Mario. Ecosistemas estratégicos del Huila, significado ecológico y sociocultural. Universidad Surcolombiana. Facultad de Ingeniería. 2003.

MARTÍNEZ Covaleda, Héctor Jaime; Martínez Covaleda Rocío. Economía y Región: aproximación a la historia del siglo XIX en el Huila. Historia General del Huila. Volumen 3. Academia Huilense de Historia. 1996.

OSORIO Valenzuela, Ananías. Empresas y vías de transporte. Historia General del Huila. Volumen 3. Academia Huilense de Historia. 1996.

SALAS Vargas, Reynel. Huila, órgano de la Academia Huilense de Historia. VOLUMEN XIV. No. 63. Enero-junio de 2012.

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