El único plan “exitoso” de movilidad nacional fue la eliminación del sistema férreo de Colombia que tuvo cerca de 20 ferrocarriles activos y 4.017 kilómetros de líneas férreas.
Por Néstor Pérez Gasca
Mientras criticamos la situación de otros países como Venezuela con ahínco, y opinamos de las desgracias que viven otros países latinoamericanos, poco hacemos por intentar cambiar las desdichas a las cuales algunos gobernantes nos vienen sometiendo.
Deberíamos hacer una discriminación positiva, un parangón de las decisiones acertadas que otras naciones hermanas vienen tomando para el beneficio de sus ciudadanos, basta con mirar la eficacia del metro de Quito, Ecuador : la primera fase inició su construcción el 16 de enero de 2013 y para el 26 de diciembre de 2013, esta fase tenía un porcentaje de ejecución del 51%; así mismo, para el 2016, el megaproyecto, que costó unos 2.000 millones de dólares, se encontraba al 80 %, debido a que los ecuatorianos de quienes denigramos por sus características amerindias, trabajaron con un ritmo de 24 horas al día, los siete días de la semana.
La admirada obra que inició sus pruebas la semana pasada y que fue felicitada por la parte de la Unesco por no atentar contra el patrimonio cultural del centro de Ecuador, terminó de manera exitosa en menos de tres años, lo anterior es un claro ejemplo de planeación, perseverancia y no corrupción.
En cambio, los “capitalinos” que presumen de criollos, vienen discutiendo la construcción del Metro de Bogotá desde el año de 1950 cuando el alcalde Fernando Mazuera decidió eliminar el tranvía para lo cual enterró los rieles.
El único plan “exitoso” de movilidad nacional fue la eliminación del sistema férreo de Colombia que tuvo cerca de 20 ferrocarriles activos y 4.017 kilómetros de líneas férreas. Este ‘proyecto’ vergonzante, orquestado por la corrupción, sus pasivos pensionales (convencionales) e intereses de algunos sectores del trasporte de carga, dejó al país sumido en un retraso industrial de al menos 50 años.
Ahora, ni que hablar de nuestra propia casa: un adefesio de Estadio que nos recuerda que seguimos siendo un circo romano, pero sin circo, solo quedaron los bufones, las obras inconclusas de la carrera 7, el intercambiador vial de la Usco; muchos proyectos faltos de compromiso, interventoría y llenos de improvisación. Ustedes mismos lo pueden comprobar, sólo observen el proyecto de la calle 2 entre calles 15 y 7, terminaron los andenes, lo pavimentaron y después volvieron a romper las calles para hacer las alcantarillas.
Adenda: Va hervir el caldero esta semana por la voltereta de algunos congresistas de Cambio Radical, que aprobaron el desafortunado Plan de Desarrollo, contrariando lo orientado por German Vargas lleras.
