"El Huila es un cero a la izquierda"

Luis Ernesto Lasso fue profesor de la Universidad Surcolombiana.

A propósito de la muerte de José Eustasio Rivera, que hoy se conmemora, volvemos a publicar esta entrevista al polémico docente de la Universidad Surcolombiana; publicada hace 9 años en DH. 

Luis Ernesto Lasso Alarcón, es un escritor huilense muy interesado por la cultura,  pero su campo es la narrativa. Es Magister de Literatura Hispanoamericana de la Universidad  javeriana de Colombia e hizo un doctorado en España.

Durante muchos años fue docente titular del Programa de Literatura de la Universidad Surcolombiana, quedó de finalista en la Casa de las Américas, con el cuento ‘Los días de la espera’. Escribió ‘Señas de la identidad de la cuentística Hispanoamericana’ (1990); ‘El cuento: su reelectura’, entre otros libros.

En el Huila fue el abanderado de la ‘Cátedra Riveriana’ que busca resaltar la vida y obra del escritor del trópico.

¿Cree que los huilenses realmente le han hecho un homenaje a José Eustasio Rivera?

Realmente, los huilenses no le han hecho homenaje a J.E.R., nunca. Porque usar su nombre para designar calles y aniversarios -por parte de una burocracia, casi siempre, estólida- mientras se desconoce su obra y sobre todo, su dignidad de ciudadano íntegro, no puede considerarse tributo a nadie.

Usted entiendo que fue el gestor de la 'Cátedra Riveriana', ¿este proyecto caló en la academia del Departamento? ¿Se sigue implementando? ¿Esta cátedra se institucionalizó?

Para superar el uso abusivo del orgullo que transmonta el erial -quizás porque él se formó lejos del mismo- con algunos muchachos de la USCO nos empeñamos en ahondar en su conocimiento: constatamos el desconocimiento de sus textos entre la inmensa mayoría de docentes. Promovimos un Seminario sobre su vida-obra que la U. y la Alcaldía de Neiva prometieron apoyar y aún se nos debe a Isaías, Iriarte, Hilda y Lasso -con el fin de que maestros y estudiantes avanzados difundieran los hallazgos que estábamos detectando en autor tan sin par, y poco logramos. Hacia adelante, en el Encuentro Nacional de Escritores, que mantuve por más de 15 años, hasta cuando un alumno me denunció a las autoridades porque el evento era subversivo y me quitaron el apoyo para dárselo a él, quien bautizó su propio "certamen" de amiguetes y "creadores"  a la moda, con el nombre del siempre usado, para que nada trascienda como suele ocurrir. Pero no declinamos: creado el Colectivo Región y Cultura, hace 4 años, logramos profundizar en Rivera -remito a los textos publicados en Huila: 100 Años No es Nada Vol. I - II (2008 - 2010, respectivamente), a la vez que crear y proponer a USCO las Cátedras Riveriana, Agustiniana y de Cultura Huilense, con gran acogida entre los estudiantes de la U. y persecución de algunos directivos advenedizos que desprecian -como los burócratas y usadores- al Huila, siguen llamando "piedras" a la estatuaria agustiniana y creen que Rivera bien muerto está. Pero lo logramos, con currículo serio y tenacidad, con espíritu indomable y certeza en el descubrimiento e internalización identitariata, que tanto nos hace falta. Salido hace un año a mi pensión, me entero en la distancia que aquel trabajo no ha muerto gracias a la poeta y colega Yineth Angulo, que mantiene, devota y solidaria, la llama viva del respeto auténtico y del deber intelectual ciudadano de continuar en la transmisión y enriquecimiento de lo más primigenio de la exigua zaga.

Con una colega en la Secretaría de Educación, osé presentar un proyecto sobre la Cátedra Agustiniana, para extenderla por todo el Departamento, dirigida a los maestros de la especialidad en la región. Decir que fue un fracaso y unos recursos dilapidados en buena parte para algún burócrata, es nada: se trataba de continuar con Rivera y el proyecto murió allí.

La casa de Rivera, donde se supone nació el escritor, se destina al funcionamiento del DAS, ¿Qué opinión le merece esto?

Con Región y Cultura presentamos al Dr. Plazas Alcid -con motivo de los 400 Aniversario de la fundación de Neiva- un proyecto destinado a implementar las Cátedras en los colegios de la Capital, mantener talleres culturales, sala de cineclubs y exposiciones, así como un Salón J.E.R. con las ediciones príncipes de los distintos idiomas, su iconografía, estudios y bibliografía respectiva, a fin de que escolares e investigadores tuvieran un sitio donde encontrar lo fundamental de la espiritualidad regional, en la cima del autor mayor: una Casa de Cultura que abra ventanas alternativas al festival etílico anual. Nada se obtuvo: recuperar la casa mancillada por esa institución que fuera símbolo de putrefacción en el pasado gobierno, para transformarla en foco de luz redentora, no es posible ni hoy cuando en los países árabes, tan expoliados y sometidos como los nuestros, las banderas libertarias se izan.

El colegio en Elías, 'Luis Gonzaga', hoy en día no funciona, allí no hay nada que recuerde al Escritor, ¿Considera que allí al menos se debería hacer algo en su nombre?

En Neiva no se hace nada distinto a despilfarrar regalías y gozar festivales. Como dijo en los 60 el primo de J.E.R., Andrade Rivera, "El Huila es un cero a la izquierda". Hoy hay millones para el robo de los encementadores, tal como lo constató el nieto de Laureano en CM&, olvidando a Palermo y USCO, entre otros latrocinios. ¿Qué esperar entonces del pueblo de donde lo expulsaron, cuando era estudiante de ese colegio creado por Rojas Tafur? ¿Qué esperar del propio San Mateo -hoy nominado Rivera- donde edifican una Casa de Cultura y la llaman J.E.R. para nada? Habría que recordar que ni las cenizas de J.E.R. se han traido a Neiva, entre otras razones porque él no quizo ser enterrado donde tanto lo persiguieron y vetaron, como hoy se le desconoce. Barrido a sotanazos ayer, hoy es lavado de las pocas memorias que repiten basuras a los jóvenes alienados de sí, de su pueblo, robocitos del consumismo como "ciudadanos del mundo".

 ¿Cuál cree que debe ser el homenaje que se le debe hacer a este escritor huilense?

Estudiarlo, honrarlo por sus aportes como escritor y ciudadano y atreverse a crecer como hombres y poetas a su estela de creador de todos los tiempos. Ojalá empezaran por no dejar morir las cátedras, por extenderlas a los colegios y por profundizar en su vida-obra que aún tiene mucho que ofrecernos.

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